Parece que cuando algo funciona siempre tiende a multiplicarse en todos los campos de la vida, y más, en de las cofradías. En este caso, la Virgen del Carmen de Santa Catalina realizó, como cada 16 de julio, su salida procesional por las calles de la feligresía. Diez años en el exilio, novena desde San Román (la primera fue desde San Pedro), con la nota musical del día. El pasodoble "Suspiros de España" volvería a sonar en la calle, de nuevo, tras un paso de palio.

Pasaba la 1 de la madrugada cuando el paso, comandado por el capataz Emilio Moreno Barragán, hacía su entrada en la plaza de San Román previo a su inminente entrada. Tras un recorrido triunfal, la Virgen recorrería los últimos metros de la calle Peñuelas para llegar al lugar mencionado. Levantaba el paso a al cielo y sin tambor previo de la Asociación Musical de La Algaba, sonó, para sorpresa de todos los asistentes, el pasodoble que compusiera el maestro Antonio Álvarez Alonso en 1902.

¿Se trata por tanto de un nuevo "boom" en el mundo de las cofradías? Todo empezó con la salida de la Esperanza Macarena de la Plaza de España tras celebrar la misa estacional con motivo del Cincuenta aniversario de su coronación el 31 de mayo. Allí; el lugar, la imagen y el momento sirvieron como unión perfecta para vivir lo sucedido, un instante que quedará guardado en la retina histórica de la ciudad y que servirá, como muchos pensaban en aquel momento, como modelo para otras y futuras ocasiones.

Así ha sido. De nuevo ha vuelto a sonar este clásico de la música española tras un paso. A diferencia de la Macarena, que fue tocada de forma sinfónica, una banda de música ha tomado la partida. Un momento que ha quedado grabado y que, el tiempo dirá, si la ciudad lo tomará por costumbre al ver una imagen en una calle cualquiera, en una procesión cualquiera, de un día cualquiera.









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