Sin lugar a dudas, uno de los personajes del barrio es, estos días, José Almansa, conocido por todos simplemente como Almansa. Lleva 18 años en San Lorenzo y se gana la vida aparcando coches, haciendo recados a personas mayores y realizando trabajos de limpieza y arreglo de plantas en las casas de la zona de la plaza. El domingo cumplía 60 años y sobre las nueve de la noche estaba cortando ramas de unas plantas en la calle Eslava cuando se extrañó del tumulto que venía de la plaza y oyó gritar a la gente. «Salí corriendo hacia la basílica. Llevaba un cútex en la mano de cortar las ramas y entré sin pensármelo en la basílica. Me tropecé con Manuel, el ayudante de Miguel el capiller. Y entonces miré hacia el altar y vi a aquel hombre arriba. Segundos después cayó al suelo por la parte de atrás del camarín».
No se lo pensó dos veces. Fue en dirección a la entrada del camarín, por las mismas que ya bajaba el individuo. «Cuando casi me encuentro a su altura lancé una cuchillada. Menos mal que no le dio. Luego lo agarraron dos costaleros del palio, pero se les escabulló. Y finalmente lo cogió Miguel, que le rodeó con sus brazos la cabeza. Y llegó el policía».
A Almansa también lo tuvieron que agarrar porque quería irse para aquel hombre que a punto estuvo de destrozar al Señor. «Lo que quería era arrancarle la cabeza, lo que pasa es que se resbaló y perdió pie, cayendo hacia atrás, que es cuando se agarró al brazo y se lo arrancó».
Señala que Luis C.O. es una persona superágil. Del suelo a la peana donde estaba el Señor subió en un momento. Menos mal que pudimos reducirlo.

El lunes estuvo en Comisaría reconociéndolo y asegura que ya le ha pedido veinte veces por lo menos, perdón al Gran Poder. Lo hubiese pasado mal si le llegó a acertar con el cútex, pero lo volvería a hacer. No está loco. Sabía lo que hacía perfectamente.



Según fuentes del citado hospital, a la hora del cierre de esta edición permanecía en Observacion en la unidad de agudos de Psiquiatría donde hoy se espera que los médicos determinen si hay motivos para su ingreso. Así los pidió la juez tras tomarle ayer declaración en relación a los hechos del pasado domingo cuando le arrancó un brazo a la imagen del Señor de Sevilla. Tras declarar su libertad con cargos, serán los médicos los que decidan si deben tomar alguna otra medida como su traslado a otro centro especializado o si se le da el alta.

Por otro lado, debemos afirmar que anoche ya durmió el Señor del Gran Poder con su brazo derecho restituido. Luis Álvarez Duarte culminó los trabajos de realización de una nueva espiga que encaje a la perfección en la rótula interior del hombro.

El imaginero, que desde la noche del domingo está trabajando en la sala del tesoro de la basílica del Gran Poder, concluyó ayer la realización de la espiga, en la misma madera de fresno que estaba hecha la original y, según explicó, todo ha salido a la perfección.

Mirada Cofrade, al pie de la noticia