“Ni himnos, ni representantes gubernamentales, ni miembros de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado.” Así propuso que sean los actos en Semana Santa el Observatorio de la Laicidad, que denunció en el mes de abril de este mismo año el uso de estos símbolos y la presencia de autoridades en las estaciones de penitencian que se celebran con motivo de la Semana Santa, tratándose de un Estado aconfesional.



El Observatorio considera que supone “una vulneración del principio de neutralidad del Estado”, al poner en evidencia una “confusión entre el Estado y una creencia popular, en detrimento de otras convicciones”.

En un comunicado, el Observatorio criticó que el “Estado parece apostar y privilegiar una determinada opción religiosa, olvidando que es la organización política de toda la ciudadanía”, e incluso apuntó que, de esta manera, rememora con esta situación épocas medievales y del nacionalcatolicismo, “donde la confusión y unión del Estado con la Iglesia privilegiaba al catolicismo por encima de cualquier otra opción personal”.




En este sentido, recordó que “las personas a título personal pueden y tienen derecho a manifestar sus convicciones sean religiosas o no, pero los funcionarios, las instituciones y las autoridades no”. Por ello, considera que su presencia supone “atentar a la aconfesionalidad del Estado y su neutralidad ante las distintas opciones de conciencia que pueda tener la ciudadanía”.




Asimismo, el Observatorio de la Laicidad denunció el uso del himno nacional en dichas procesiones, en contra de lo establecido legalmente en el Real Decreto 1560/1997, de 10 de octubre, por el que se regula su utilización. Además, argumentó que el Reglamento de Honores del Ejército mantiene el uso del himno nacional para el “santísimo sacramento”.

Por ello, propusieron “eliminar la presencia del Ejército, la Guardia Civil o la Policía Nacional en procesiones y actos religiosos de cualquier tipo y confesión”, así como “anular los nombramientos de carácter religioso a las Instituciones y Cuerpos del Estado”. Por otra parte, invitaron a “denunciar e impedir el uso del himno nacional en actos religiosos” y rechazaron la posibilidad de modificar el Reglamento de Honores Militares para permitirlo.



Por último, defendieron la necesidad de “regular la presencia de autoridades y funcionarios públicos, para que en cuanto tales no puedan asistir a ceremonias y actos religiosos”, de tal modo que sólo puedan acudir “a título personal y no representativo del cargo o función que ostenten”.



Pues bien, no hace muchos días, pudimos ver como esta noticia volvía a cobrar protagonismo. Fue en los informativos de Antena 3, donde se afirmaba lo siguiente:

Los militares no podrán rendir honores en procesiones o celebraciones religiosas como el Corpus Christi.



Los militares tampoco podrán interpretar el himno nacional, cuya utilización también está regulada por el nuevo reglamento de honores militares. En este caso será la banda municipal la encargada de ejecutarlo.

El Gobierno quiere mantener "el respeto a tradiciones arraigadas en la sociedad con el principio constitucional de libertad religiosa".

De esta misma forma la próxima semana santa no podrá incluir homenajes castrenses en las procesiones como ocurría con el Cristo de la Legión en Málaga.




El Ministerio de Defensa aclara que los militares que lo deseen podrán acudir a cualquiera de estas celebraciones religiosas aunque su presencia tendrá carácter exclusivamente voluntario.

La medida, recogida en un Real Decreto, no ha sentado nada bien en las ciudades donde la presencia militar en estos actos "es una tradición".


Son muchos los temas que va sacando el gobierno: gripe, estudios universitarios,... y ahora, como no, la religión. Y me pregunto yo... ¿todo esto a qué se debe? yo se la respuesta, y muchos de ustedes también...¿crisis? efectivamente...